Templo Sri Mariamman
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La sagrada hindú más antigua de Singapur que es casi coetáneo de la propia urbe, Sri Mariamman, se yergue en el centro de China Town. Es un expatriado de la India, Narayana Pillai, que vino a la isla junto con el fundador de la ciudad, Stamford Raffles, quien decidió construir el templo. Al dejar el puesto en la Compañía Británica de las Indias Orientales, él empezó a ganarse a la vida a solas y dentro de poco se enriqueció y se hizo el líder de la comunidad india de Singapur.
En 1823, Narayana Pillai alcanzó la asignación de un lote de tierra para el levantamiento de la sagrada. Pero fue una tarea bastante difícil es que el factor muy importante para los ritos hindús fue la cercanía del agua por eso debía esperar mucho para el sitio apropiado. Cuatro años después, fue elevado el templo de madera que en 1843 fue sustituido por el santuario de ladrillo que fue más solvente. Iba construyendo y ornamentado más de un siglo. Absorbiendo los rasgos drávidas, característicos para la arquitectura sagrada de la India del Sur, el templo de Sri Mariamman obtuvo su aspecto actual sólo en los años 60 del siglo XX.
El templo impecable es dedicado a la diosa-madre Mariamman, que según creen los hinduistas da vida, alimentos y los defiende contra distintas enfermedades y epidemias. El culto Mariamman cuenta con más de cuatro mil años y es más extendido por las regiones meridionales de la India, desde donde proceden la mayoría de la población india de Singapur. A propósito, instalada en 1827 por el propio Narayana Pillai, la pequeña estatua de la dios Mariamman que como otros dioses hindús tiene muchas hipostasis y nombres, está ahí hasta hoy en día.
El Templo de Mariamman se ha convertido en la tarjeta de visita y el símbolo de China Town merced a la torre de cinco niveles que se yergue sobre la entrada al recinto del templo. Está decorada con una infinidad de las representaciones de dioses hindús y bestias exóticas. Y la propia entrada al templo está ornamentada por un trenza de frutas tropicales que significa la pureza y la hospitalidad.
Una arcada ornamentada por las pinturas al fresco lleva desde la torre a la puerta masiva que representa una entrada al santuario. En frente a la entrada está el altar principal, el acceso al cual está prohibido a los turistas. Sin embargo, se puede disfrutar de las esculturas de los dioses hindús en las galerías laterales, asimismo contemplar numerosas estatuas de santas vacas que según dice una leyenda monta la diosa Mariamman.
A propósito, si tienes previsto visitar el templo Sri Mariamman, debes seguir la tradición local: antes de que entres al santuario, tienes que llamar a una campanita para que los dioses sepan que vas a visitarles; el mismo rito lo debes hacer al final de la visita para despedirse de ellos. Además, puedes pedir un deseo que va a realizarse. Así lo dicen los vecinos.
Cada octubre, el templo Sri Marriamman se convierte en la sede para la celebración vibrante de Thimithi que adora a la protagonista de los textos épicos, Draupadi, que según la doctrina hindú está considerada la reencarnación terrestre de la esposa del dios Visnú, Laksmí. Según dice una leyenda, al pisar la brasa con las pies descalzos, confirmó su fidelidad. En homenaje a este hecho, miles de hinduistas acuden al templo Sri Mariamman para repetir la hazaña de la diosa y al mismo tiempo expiar sus pecados.