En virtud de las leyes severas, el índice de criminalidad de Singapur es uno de los más bajos del mundo: según esa característica es el segundo país del mundo después de Luxemburgo. Ya hace mucho, el ambiente del país es favorable, por eso se puede permanecer allí sin tener preocupaciones acerca de su seguridad.
Sin embargo, los turistas deben ser cuidados, ya que ahí también hay carteristas. Ellos suelen ganarse la vida en los sitios más concurridos. Pero con ojo alerta, vas a evitar a convertirse en la víctima de carterista.
La electricidad normalmente vacila de 220 V a 240 V, con una frecuencia de 50 Hz. Por regla general, se usa las enchufes de tipo BS 1363 que se distinguen con los cierres en los huecos de la toma de corriente tanto de las fases como del neutro, y la existencia de un fusible en la clavija. Justo con eso, muchos hoteles cuentan tanto con los enchufes británicos, como con los europeos. Además, se puede aprovecharse de los adaptadores en la recepción del hotel (el servicio gratis) o comprarlos en el supermercado más cercano.
Singapur es famoso por sus severas reglas y leyes, la violación de las cuales pueda convertirse en las multas grandes, deportación y hasta sanción penal para el viajero.
Para evitar inconvenientes, hay que saber lo que es prohibido:
- Fumar en los recintos públicos (transporte público, museos, tiendas, ascensores, teatros, cines, restaurantes e instituciones públicas). Se puede hacerlo sólo en los sitios designados a fumar (están marcados por las señales especiales). La violación de esa regla impone una multa hasta 1000 dólares singapurenses.
Además, hay que tener en cuenta que cada cigarrillo que está en el país debe tener la etiqueta SDPC (Singapore Duty-Paid Cigarettes), que será puesta después de pagar el impuesto en la aduana. Si encuentran el cigarrillo sin el sello, serás obligado a pagar una multa de 500 SGD por cada paquete.
- Consumir estupefaciente. La violación de esa regla será castigada con una detención muy larga. La introducción y venta de los narcóticos puede ser castigada con pena de muerte sin tener el derecho de interponer una apelación.
- Mascar chicle en la calle. La multa equivale a 500 SGD.
- Cruzar la calle en el sitio inapropiado o no respetar un semáforo en rojo. El violador pagará la multa de 500 dólares singapurenses. La misma suma pagará el chofer que conduce el coche sin cinturón de seguridad.
- Echar la basura en la calle. La multa es de 500 SGD, la violación repetida puede convertirse en la detención. Además, es prohibido escupir en los lugares públicos, ya que equivale a echar la basura y esa violación es castigada por la misma multa.
- Beber en los sitios no autorizados, por ejemplo en metro. La multa es de 500 SGD.
- Practicar juegos de azar. En Singapur, hay unas variedades permitidas de juegos de azar: loterías de caridad, lotería Toto y Singapore Sweep, la celebración de las apuestas en Club de equitación de Singapur (Singapore Turf Club) durante la carrera.
- Guardar y lanzar pirotecnia (fuegos artificiales, petardos, cohetes, etc.), asimismo tomar consigo sustancias inflamables. La pena de esto costará a eso de 5000 SGD.
Por todas partes de Singapur, hay señales especiales que informan a los visitantes sobre las normas de comportamiento. Si las leas atentamente y sigues las reglas especificadas, evitarás las altas multas y otras sanciones.
La sociedad singapurense es bastante conservativa, ya que aquí se aprecia los valores familiares y tradiciones, que, en particular, se refleja en las cuestiones de la tolerancia hacia homosexualidad.
Las relaciones homosexuales entre hombres son aún ilegales y hay una pena que puede extenderse hasta los 2 años de prisión. A diferencia de los hombres, las lesbianas son legales y, en general, sus relaciones ven más apropiadas.
Sin embargo, no es recomendable mostrar sus sentidos para no provocar los ciudadanos homofóbicos. No obstante, la urbe alberga distintos bares, restaurantes y hoteles que cuentan con un ambiente amistoso hacia los representantes de la comunidad LGBT.